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El Área de Asuntos Sociales de la Diputación reúne a 300 personas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer

El auditorio municipal del ayuntamiento de San Cristóbal recibía esta tarde a alrededor de tres centenares de personas dispuestas a ser partícipes del acto central programado desde el Área de Asuntos Sociales de la Diputación para conmemorar el Día Internacional de la Mujer que se celebra cada 8 de marzo.

Así, desde las 17:30 horas, el público, entre el que se encontraba el presidente de la institución provincial, Miguel Ángel de Vicente, el diputado provincial y alcalde del municipio, Óscar Moral, y la diputada delegada del Servicio de Asuntos Sociales, Azucena Suárez, además de otros miembros de la corporación, iba llenando la sala dispuesto a disfrutar, tanto de la obra teatral 'Optometría violeta', de la compañía Montajes en el Abismo, como de una mesa redonda en la que tomaban parte varios profesionales cuyos trabajos están tradicionalmente relacionados con el género opuesto.

"Tenemos un doble objetivo con este acto; por un lado, concienciar en materia de igualdad a hombres y mujeres y, por otro, hacer una reclamación respecto a la brecha salarial aún existente", indicaba Miguel Ángel de Vicente, para quien "no es de recibo que por el mismo trabajo exista una retribución distinta". El presidente de la Diputación, quien recordaba que en España aún hay una brecha salarial del 15% que "sigue siendo una forma de discriminación hacia la mujer", agradecía la asistencia al acto de un importante número de vecinos de la provincia y también la presencia de varios miembros de la Oposición en la celebración, puesto que, al igual que hacía esta mañana en la inauguración de las Jornadas de Formación en Igualdad de la Escuela de Gestión y Buen Gobierno, señalaba la importancia de unir fuerzas en esta reivindicación.

Tras una breve intervención e introducción a esta actividad por parte de las autoridades, eran los intérpretes de Montajes en el Abismo quienes se adueñaban del escenario para representar una comedia dirigida por Verónica Pérez, escrita por Jorge Jimeno e interpretada por el propio Jimeno y Ana de la Hoz, que conseguía hacer reír a los espectadores con las ocurrencias del alcalde de Navaltortal y su expareja, Esther, la concejala de cultura. Con un cartel de las fiestas patronales algo polémico como argumento central de la pieza, la compañía traía a colación diversas cuestiones en torno a la dignidad de las mujeres, el machismo y el feminismo.

Acto seguido, y sin apenas tiempo para comprobar si, como pedía Miguel Ángel de Vicente, la 'Optometría violeta' había servido a los hombres y mujeres reunidos en San Cristóbal para "limpiar" su mirada de tópicos y micromachismos, daba inicio una interesante mesa redonda que, con los actores de Montajes en el Abismo y Virginia Gómez, responsable de la Unidad de Igualdad, Género y Diversidad, como moderadores y la levantadora de peso, Isabel Sanz, la bombero-conductora Lola Carrasco, la folclorista Rocío Gómez, el técnico sociosanitario Juan Antonio San Juan, el enfermero Nicolás Santos como protagonistas, ponía en tela de juicio los estereotipos y roles de género que rodean a las profesiones.

De este modo, mientras Isabel Sanz reclamaba una mayor igualdad hacia las mujeres entre patrocinadores y marcas y pedía "abandonar la idea general de que parecemos hombres por practicar este deporte", Rocío Gómez hacía hincapié en el problema que encuentra en su escuela a la hora de captar el interés de los chicos por bailar. Lola Carrasco, después de tres décadas en la profesión, reconocía que "a veces sientes las miradas sobre ti", pero que "con profesionalidad y mucha formación vas demostrando que estás ahí por tus propios méritos; que puedes ser igual de buen profesional y que no te han regalado nada". Por su parte, Nicolás Santos reconocía haber sido considerado el médico muchas veces, en las ocasiones en las que acompañaba a una doctora durante el ejercicio de su profesión, y hacía hincapié en la necesidad de organizar jornadas como éstas "porque estas desigualdades siguen siendo el día a día". "Llevo treinta y nueve años como enfermero y sigue habiendo muchos estereotipos", concluía.

Las opiniones de la familia o los problemas a la hora de conciliar la profesión con la vida en casa, además de las distintas anécdotas propias del trabajo, eran otras de las cuestiones tratadas durante un debate en el que las caras de los asistentes oscilaban entre el acuerdo y, en otras ocasiones, la perplejidad.