Mi proyecto fotográfico llamado 'Cultura pastoril' pretende recoger imágenes que pueden resultar cotidianas en las zonas rurales de la provincia de Segovia, pero al mismo tiempo, son imágenes que poco a poco van quedando en el olvido, alcanzando por tanto, un cierto carácter romántico y con un fuerte sentido documental. En algunos casos, como son las edificaciones pastoriles o edificaciones relacionadas con este modo de vida, como claro ejemplo los esquileos, se conforman tan sólo como resquicios de una gran riqueza medioambiental, económica e histórica, no tan lejana como nos puede parecer.
He comenzado con la realización de reportajes sobre la pequeña trashumancia que realiza Jesús María Valverde desde su pueblo, Escarabajosa de Cabezas, hasta más allá de El Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, pasando por las ruinas del esquileo de Santillana y por el puente de las merinas, lugares emblemáticos situados en la Cañada Real.
Continúo con los esquileos, pues éstos se realizan durante el mes de junio para que las ovejas no sufran las altas temperaturas con la llegada del verano. Varias son las cuadrillas de esquiladores que han pasado por la lente de la cámara. Mila y sus compañeros, todos ellos eslovacos, o José y su cuadrilla provenientes de un pequeño pueblo extremeño, de donde curiosamente han salido muchos otros esquiladores.
Dentro del proyecto hago diferencia entre ganadería tradicional y ganadería moderna. Para ello me desplazo a hasta la ganadería de Juan Antonio en Arroyo de Cuéllar, haciendo referencia a la moderna.
Y, como su propio nombre indica, el trabajo de 'Cultura pastoril', no sólo hace referencia a la trashumancia, la ganadería y su cuidado, sino también a elementos tan significativos como pueden ser las fiestas tradicionales, la música, la gastronomía o la artesanía.
Qué mejor ejemplo que la fiesta de la trashumancia realizada cada año en la plaza del Azoguejo a los pies del Acueducto de Segovia, donde se fusionan la comida tradicional pastoril, la música, la danza y el paso de los rebaños y sus pastores.
Para realizar una muestra de instrumentos musicales relacionados con la cultura pastoril, tengo la fabulosa colaboración de personas como Pablo Zamarrón o Eliseo Parra, grandes conocedores de la música tradicional.
Si la trashumancia y la vida pastoril tuvieron tanta importancia en la historia, fue en gran parte gracias al potencial de una fibra extraordinaria como es la lana, más concretamente la lana de la oveja merina. De esta manera, considero que la mejor manera de terminar este proyecto es introduciéndome en el maravilloso trabajo que realizan María Ángeles Barriuso (tejedora), Fátima Carrasco (hilandera) y Alicia Mediavilla (tintes naturales).
De nada sirve que todo esto se convierta en pieza de museo. Por ello, confío en que, con este trabajo, pueda aportar mi pequeño granito de arena para mantener viva la cultura pastoril y que las futuras generaciones tengan la oportunidad de contemplar los rebaños de merinas en los puertos, las dehesas o las cañadas.