La trata de personas con fines de explotación sexual es un delito, una grave violación de los derechos humanos y una de las formas más brutales de violencia machista. Su existencia es incompatible con la pretensión de construir comunidades igualitarias y avanzadas.

La aparición y desarrollo de las TRICO y la IA (Tecnologías de la Relación, la Información, la Comunicación y el Ocio), además de innumerables beneficios, han hecho posible también nuevas formas de explotación sexual a través de las distintas herramientas digitales (videojuegos, aplicaciones, redes sociales,..), con la particularidad de que estás no se aprecian como tal porque llevan detrás una potente estrategia de marketing y comunicación cuya narrativa sobre el empoderamiento personal y como salida profesional encubre la explotación sexual. La socialización sexista desde la infancia induce a las mujeres interiorizar y normalizar su hipersexualización, desarrollando su identidad en la base de la autocosificación como objetos sexuales en el marco de un falso empoderamiento femenino. Por su parte, la mirada de los chicos es educada para ver en las mujeres productos de consumo y por lo tanto a normalizar el rol de consumidores de sexo y mujeres. La alta demanda masculina de estos contenidos y los importantes ingresos económicos que reportan a esta industria favorece que proliferen este tipo de plataformas.

La socialización sexista, la deficitaria educación afectivo sexual y la impunidad de los discursos misóginos en todo tipo de herramientas, aplicaciones y plataformas de internet condiciona el tipo de relaciones afectivas que se establecen entre chicas y chicos; tóxicas y machistas que favorece la aparición de la violencia y que tienen importantes consecuencias. En este contexto las distintas herramientas digitales pueden suponer importantes riesgos, tanto para ellas como para ellos. 

Estos modelos de relación van construyendo un modelo de sociedad muy alejado de la Igualdad, el progreso y los Derechos Humanos.

Eduquemos la mirada. Actuemos. Construyamos Igualdad.