La ermita, de una sola nave, se encuentra integrada en el pueblo. No se sabe exactamente su origen pues no hay documentación al respecto ni ningún detalle arquitectónico o iconográfico que nos de pista sobre el estilo artístico mas allá del siglo XVIII. Era una construcción sencilla, hecha de piedra del lugar y barro, con unos muros de hasta 90 centímetro de espesor. En lo alto tenía una espadaña, hecha de granito y ladrillo con una campana fechada en 1731 y una ventanita encima de la puerta que daba luz a la tribuna.
Dentro del edificio, a la izquierda arrancaba una escalera con peldaños de madera que daba acceso a la tribuna donde se situaban los mozos del pueblo. La nave central estaba ocupada con reclinatorios para las mujeres y la parte de atrás con bancos de madera para los hombres, sobre todo para los más mayores; un friso recorría sus paredes con una inscripción que indicaba que su construcción fue una iniciativa de los vecinos del pueblo que la realizaron en honor de su patrón San Antonio de Padua.
La nave estaba separada del ábside por medio de una verja de hierro en cuyo centro había una entrada con una escalera de tres peldaños hacia arriba. Pasando esta verja, a la derecha se encontraba un púlpito de madera que tenía una pequeña escalera para que subiera el cura. A cada lado del ábside había una lamparilla de aceite que se mantenía encendida todo el día e incluso de noche, ya que las mujeres, en devoción de San Antonio, casi nunca la dejaban apagarse.
Al lado izquierdo del ábside estaba la entrada a la sacristía, la cual ocupaba parte del terreno del jardín y en la parte central del ábside estaba situada la mesa altar, detrás de ella un retablo en cuyo centro se erguía la imagen de San Antonio en una hornacina con San José y San Antón a cada lado y Santa Águeda encima de San Antonio. En este ábside nos situábamos los niños a un lado y las niñas al otro.
En 1962 se inauguró la nueva iglesia trasladándose a ella la campana y las imágenes de culto (la imagen de San Antonio de Padua y dos tallas de San José y San Antonio Abad) y celebrándose en el nuevo templo también el culto diario. Entonces se reformó la ermita: se tapó la espadaña, se hundió la sacristía tapándose su puerta de acceso, se cerraron los huecos de las ventanas del ábside y de la tribuna y se perdió toda referencia a su origen.